3 de octubre de 2014

ATARDECER EN COTALBA ( 02-10-2014)

Septiembre y los primeros días de otoño se caracterizan por la nitidez de los cielos y unas luces espectaculares para disfrutar de los atardeceres. Desde principios del verano me rondaba por la cabeza la idea de subir a dormir a Ordiales así que no podía dejar pasar la ocasión.
Comienzo a caminar a media mañana camino de Vegarredonda. Los pronósticos meteorológicos parece que se están cumpliendo: sol y aún buena temperatura. 
Pese a llevar una mochila con algo de peso el camino se hace relativamente cómodo.
Llego al refugio de Ordiales hacia las cuatro de la tarde así aprovecho para comer y cambiar de mochila.
















 A paso tranquilo, ya que tengo tiempo más que suficiente, pongo rumbo al Cotalba.
















El valle de Angón está cubierto por un denso mar de nubes que presagia un buen atardecer.
   La ascensión al Cotalba se puede realizar por múltiples sitios pero en cualquier caso no entraña mayor dificultad. En esta ocasión me decido por remontar una marcada canal inmediatamente anterior al Mirador de Ordiales.
 La canal continúa por el filo más occidental del Cotalba, en un tramo hay que salvar un pequeño muro pero que no requiere más que una simple trepada por una marcada canal.

















Las vistas hacia el Dobra y Canto Cabronero llaman la atención en los metros finales de la ascensión.
 
 Al llegar a la cumbre éstas son  las vistas hacia el corazón del Conión.
 Llego aún me falta casi dos horas para el atardecer así que disfruto como nunca de las vistas.
Nunca está de más dar un repasín a la cartografía.


 Las vistas hacia la Cordillera  embelesan mi atención.


 












 Aunque el día es excepcional estoy a algo más de 2000 metros y hay que abrigarse ya que tira una brisa que refresca un poco.

 
  Poco a poco las luces del atardecer van tiñendo el horizonte.


















El Cornión se muestra cautivador




















Casi tanto como las pequeñas sierras interiores de la Cordillera que emergen, imponentes, sobre el mar de nubes.


 El ambiente es mágico, solo se percibe la suave caricia de la brisa y el sordo tañer de los cencerros del ganado en las praderías. 
 Imagino los roncos bramidos de los venados que a esta hora inundarán los montes de Ponga y Piloña.

Las últimas luces del día me recuerdan que debo comenzar el descenso pero aún me da tiempo para una última mirada al horizonte.
El último tramo del descenso lo realizo con la frontal, pero no es mucha la distancia que me separa del refugio de Ordiales donde recupero fuerzas con una reconfortante sopa montañera.
La noche está despejada, calmada y casi que hasta se podría decir que cálida para la épcoca del año en la que estamos así que aprovecho para tirar las últimas fotos.














Con las primeras luces del día me acerco al Mirador de Ordiales:
" .... ORDIALES, EN EL REINO ENCANTADO DE LOS REBECOS Y LAS ÁGUILAS...."
Solo me queda ya iniciar el regreso:
El descenso, sin prisa, me permite disfrutar de la naturaleza:





























6 comentarios:

  1. Quizás, una de tus mejores entradas en el blog...Poesía pura (el escenario, tal vez, tu mejor musa).
    Felicidades por ello.

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  2. Me alegro d q te haya gustado. La magia de los Picos te cautiva como si fuese la primera vez q recorres sus senderos.
    Gracias por el comentario Gelu!

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  3. Impresionante, no se pude describir mejor la sensación de paz y de belleza de los Picos que con estas fotos y estas palabras

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  4. muchas gracias por el comentario "Anónimo". Vais a sacarme los colores. A ver si la meteo permite volver otro día antes d q llegue el señor Invierno.

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  5. Muy bueno Castaño, es difícil transmitir con esa naturalidad e intensidad. Las fotos también muy guapas.
    A seguir disfrutando de los Picos.
    Un saludo

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  6. Gracias Diego. Con ganas de leer una de tus aventuras en Alto, rápido y ligero.

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