31 de octubre de 2014

NOCHE EN VEGA HUERTA (30-10-2014)


   Mientras Eólo tenga a bien mantener alejadas las borrascas  y los gélidos vientos del norte hay que seguir disfrutando de su benevolencia y plantificando actividades poco usuales para ésa época del año.
   Comienzo a dar vueltas a la cabeza enseguida comienzo a esbozar una nueva actividad teniendo en cuenta que los cielos están extraordinariamente despejados, y el otoño, poco a poco, comienza a llegar a su apogeo. Ya está!! una de las clásicas en esta época: bosque de Vegabaño y Vega Huerta. Preparo la mochila y sin mucho madrugar me dirijo a Soto de Sajambre. La Peñasanta me muestra el punto final de la jornada de hoy.
 El camino a Vegabaño, por visitado que se tenga, no  deja de sorprender.
 El bosque trata de hacer caso omiso a la atípica meteorología y siguiendo su habitual calendario estacional cubre las sendas con un mullido manto de hojas amarronadas.
 La llegada al Vegabaño nunca deja de sorprender y capta mi atención durante unos minutos.
 Al fondo los Meledizos, separados del pico del Verde por la pedregosa canal del Perro me recuerdan que no debo demorarme en esceso ya que aún me queda un largo trecho por recorrer.
 Abandono Vegabaño no sin antes preguntar en el refugio por las condiciones de agua en Vegahuerta. Nuria y Julian, atareados en labores de mantenimiento del refugio me indican que hace días que no suben y que claro ya se sabe lo que hay en Vega Huerta....
 Subo con una buena carga de agua decidiré cargar más en el Frade en función de como esté la fuente del collau. El roblón de Vegabaño, lugar de especial significatividad en el recorrido.
La senda está prácticamente cubierta por las hojas y son muy característicos los pequeños y llamativos jitos que guían al caminante por este paraje.
 Al salir del bosque y a la vista del largo tramo que aún me queda por recorrer decido hacer una parada para reponer fuerzas y comer algo.
 El refugio del Frade, los Moledizos, la Canal del Perro y del Burro y el pico la Verde. Como de la fuente del collau del Frade brota un caudal de agua más que aceptable decido continuar con el agua que llevaba.
 Ante mi la empinada canal del Perro. Es menos de lo que aparenta pero aún así bajo un poco más el ritmo ji ji ji.
 Los que no tienen ningún problema para desplazarse a velocidad de vértigo por estas empinadas laderas son los rebecos.
Muy distinto de estos ágiles movimientos  es el cansino paso que llevo yo.
 En los últimos metros de subida la luna también remonta la cresta de los Moledizos.
 Por fin la ansiada visión de Peñasanta de Castilla y su imponente cara sur.



 Unos metros más adelante, hago una nueva parada para comer disfrutando de las vistas del Macizo Central de Picos de Europa coronado por el Torrecerredo.
 Un poco más adelante y después de seguir un laberíntico sendero llego a mi d estino, el recientemete remodelado refugio de Vega Huerta.
 Compruebo que todo está en orden, la obra de remodelación  ha quedado muy bien. El refugio cuenta con dos literas de hormigón con capacidad para 4 o 6 personas, dependiento de la confianza y las condiciones atmosféricas incluso más claro. Veo que alguna de las literas están ocupadas así que ésta noche tendré compañía. Por último me acerco a la fuente, unos metros más abajo, y para mi tranquilidad está manando agua con relativa abundancia.
 La ubicación del refugio es idílica, pero también hay numerosos vivac, alguno como éste todo un símbolo de romanticismo.
 Me dispongo a tomar posiciones para disfrutar del atardecer
 Éste no se hace esperar mucho:



 

 La luna ilumina toda la vega
   Entre una cosa y otra es noche cerrada. Veo llegar a mis compañeros de refugio y decido acercarme hasta allí para cenar y saludarles. Resultan ser un par de hermanos de Bilbao que han escalado la Sur Directa. Como soy un desastre no me acuerdo de sus nombres así que si ven éste post espero me sepan perdonar. Una cena calentina es lo mejor para reponer fuerzas, además la conversación resulta muy amena, en un momentín ascendemos un sinfín de cumbres.
 El cielo se ha ido poco a poco cubriendo de estrellas y la temperatura es tan agradable que no cerramos la puerta del refugio, es el momento de continuar con la sesión de fotos. A ver que sale hoy. En un alarde de osadía me ofrezco a hacer una foto a mis compañeros, este fue el resultado.
 Y oye... el fotógrafo también quería salir....
 Con estas imágenes y cansados por la actividad del día y las múltiples cumbres que continuamos ascendiendo en la sobremesa nos metemos en el saco. Al día siguiente hay que madrugar para hacer alguna otra foto.



 Los rebecos también madrugan por estos lares.
 Desayunar hacer la mochila y desandar el camino del día anterior.
 Al fondo Vegabaño.
 Resulta complicado avanzar por el bosque  quedar indiferente ante la multitud de caprichos que nos muestra el otoño.


 La Peña Beza será ahora la encargada de marcar el destino de mi caminar.
 La variedad cromática de éste recorrido es realmente sorprendente.
 Con esto finaliza una actividad más en este atípico otoño.
Ahora el dilema es el siguiente: me gustaría que nevase para poder foquear o desearía que Eolo mantenga alejadas las borrascas y fríos invernales para poder continuar disfrutando de actividades como la de hoy....




25 de octubre de 2014

DESCENSO DE CAÑONES (25-10-2014)

   En verano una densa y húmeda capa de nubes nos impedía disfrutar de las trepadas a las cumbres de Picos con las que veníamos ilusionándonos desde la retirada de las nieves. Ahora en otoño, tiempo de setas, cabaña y boronas al calor de la chimenea, disfrutamos de una climatología veraniega que se resiste a abandonarnos. En verano hicimos ferratas y ahora hacemos barrancos. ¿Quien sabe cuando calzaremos los esquíes y dejaremos las primeras huellas sobre la nieve? No pasa nada lo importante es tener recursos e ilusión por disfrutar de la naturaleza y de la compañía de los amigos.
   Volvemos a enfundarnos en nuestros trajes de neopreno en busca de toboganes, cascadas y rápeles.

Descendemos sin prisa, la conversación resulta amena pero enseguida debemos centrar nuestra atención en los rápeles.
Son rápeles cortos pero intensos.
 El agua, en ocasiones, resulta especialmente caprichosa  a la hora de elegir su camino y nos permite descender por curiosos lugares como éste.
 El cauce del río está especialmente resbaladizo lo que nos hace extremar las precauciones y algunos rápeles los descendemos como si de un tobogán se tratase.
Aunque la temperatura ambiente es agradable el agua de las pozas si que tiene una temperatura un poco más acorde con la época del año y no permite recrearse mucho tiempo en ellas.
Los rápeles se suceden uno tras otro
 Las pocas lluvias que hemos tenido han logrado llenar las marmitas, de no haber sido así la salida de ellas habría sido algo más laboriosa.
Rápel, marmita, salto, rápel.... es un no parar!!!
El último rápel de casi 40 metros es una auténtica gozada para los sentidos.
La belleza de la naturaleza no deja de impresionarnos.
 El barranco se abre, señal inequívoca de que nuestra aventura de hoy está cerca de finalizar
Las caras, rebosantes de emoción, trasmiten lo que hemos disfrutado con éste descenso.