9 de octubre de 2014

BARRANCO DEL VAU AZONES (04-10-2014)

El tiempo para hacer barrancos, al menos en condiciones meteorológicas aceptables, se va agotando así que decidimos ir a conocer este barranco que tantas veces antes habíamos ojeado desde la carretera preguntándonos que habría allí adentro.El barranco se encuentra situado en las proximidades de Arenas de Cabrales. Se trata de una riega que cae desde el camino que asciende a los puertos de Nava finalizando en el mismo río Cares aproximadamente a la altura de la gasolinera.  Todas las recomendaciones indican que la época ideal para su realización es en la primavera, vemos que efectivamente el caudal es bastante escaso pero aún así decidimos   meternos por la curiosidad de hacer un barranco nuevo. 
 El día, pese a haber amanecido cubierto, es bastante caluroso y como tenemos una aproximación de unos 40 min algunos decidimos ir con el neopreno en la mochila y otros llevar solo el peto. La aproximación se hace muy cómoda por una marcada senda que nos brinda interesantes vistas del rió Cáres. 
   La entrada al barranco es muy evidente por el marcado tajo que forma el barranco en la ladera de la montaña como por coincidir con el único puente que nos encontramos en el camino.
  En ese mimo punto nos equipamos y comenzamos el descenso. Como  el caudal es bastante escaso algunos optamos por mantener la chaqueta del peto en la mochila. 
 
Nada más meternos en el cauce encontramos el primer rápel que montamos sobre un árbol.
La primera parte es bastante abierta intercalándose el avance entre zonas de pequeños caos de bloques y  los continuos rápeles que nos hacen perder altura rápidamente. 
 
La característica que más nos llamó la atención fue la cantidad de rápeles. Aproximadamente unos 12 dependiendo de la longitud de cuerda que se lleve hay algún caso en el que puedes enlazar dos.


El barranco se va estrechando y cerrando conforme  descendemos siendo la segunda mitad la más angosta y también la más sorprendente con una buena cantidad de rápeles enlazados. 
















 En esta segunda parte también hay más agua lo que se agradece para refrescar un poco aunque la verdad que el agua de estas pozas está fresquita fresquita para ir solo con el peto.
 
Creíamos que una sirena nos esperaba en una de las pozas pero finalmente era un espejismo
 
Cada uno baja como quiere, hay para todos los gustos
 

















  Los rápeles se suceden incesantemente. Lo bueno de ir un grupo de cinco es que entre todos nos turnamos para montar y desmontar lo que hace más liviano el trabajo. En el caso de ir dos o tres se hubiese echo un poco cansado tanto mover la cuerda.

 
















Alguna de las pozas incluso permite realizar un pequeño salto.
 
 Foto de grupo rápida que el agua de caliente tenía lo justo
Ya perdimos la cuenta de los rápeles que llevamos.
 
 También hay algún tobogán.
 Estamos casi al final del recorrido, el río Cares ya se intuye cercano así que apuramos lo que nos queda para realizar algún salto
Finalmente divisamos el Cares y la Carretera donde hemos dejado uno de los vehículos.
 
Solo nos queda cruzar el cauce del Cares y salir a la carretera.



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