4 de agosto de 2014

VÍA FERRATA CAMALEÑO. ( 03-08-2014 )

Una vez más tenemos  enfrentarnos a una meteorología aciaga este verano. Este fin de semana el Grupo Montaña Peñasanta tenía prevista una salida colectiva con pernocta en Urriellu que finalmente se suspendió debido a las nefastas previsiones meteorológicas. Había que aprovechar el día de alguna manera y como a última hora las previsiones meteorológicas había mejorado un poco para las cotas bajas apostamos por madrugar un poco y acercarnos hasta la Hermida con intención de hacer una nueva vía ferrata que, según habíamos visto anunciada en varias revistas especializadas, se había inaugurado. Como no teníamos mucha información de donde estaba situada e íbamos a madrugar decidimos hacer primero la vía ferrata de Camaleño. 
Al poco de pasar la población lebaniega de Camaleño nos encontramos el núcleo de Los Llanos donde está situada la vía. Existe un pequeño aparcamiento a mano derecha de la carretera  una caseta de madera a modo de información de la ferrata. A modo de información la caseta creo que no abre y si alguno está interesado en alquilar material debe dirigirse a las instalaciones de la la Ferrata de la Hermida.  Desde el aparacamiento  divisamos perfectamente la Peña de la Cotera de la Cruz en la que está creado este itinerario. 
Se trata de un recorrido de 190 metros que salva un desnivel de 160 metros.

Tal como habían previsto  todos los modelos meteorológicos la noche anterior fue lluviosa pero amaneció una hermosa mañana en la que el sol calentaba, o al menos en la ladera de enfrente ya que la orientación noroeste de la peña hace que en las primeras horas del día no le entre la luz del sol. Los primeros tramos de la vía estaban un poco húmedos  y había que tener un poco de cuidado de no resbalar. 

 

La vía desde el comienzo tiene tramos bastante verticales aunque su progresión se hace muy sencilla. En los primeros tramos destaca la proximidad de los seguros que obligan a un constante ejercicio de mosquetoneo. 
En general  el ambiente vertical se mantiene en todo el recorrido.


 Una vez superado el primer muro debemos descender  un pequeño tramos para engancharnos nuevamente al segundo tramo en el que destaca en su parte superior un enorme techo.

A partir de aquí la verticalidad aumenta hasta que según nos acercamos al gran techo comenzamos a atisbar lo que es la mayor atracción y dificultad de incineraría, a mi manera de ver, un puente tibetano que recorre la parte inferior del desplome. 
























Si alguien no quiere este extra la vía cuenta con un recorrido alternativo que bordea el techo por la derecha con menor dificultad.

 Para el puente tibetano debemos realiza una pequeña travesía a la izquierda. Ya solo queda mantener la respiración constante mirar al frente y comenzar la actuación de funambulismo.  Por realizar una comparación, este puente es más corto que el de la ferrata de la Hermida por lo que se pasa mejor, claro está que a mí estas partes de las ferratas no es que me hagan especial ilusión ji ji.


Una vez superado el puente tenemos unos pasos desplomados para salir del techo pero parecen más de los que son. Rápidamente ganas altura colocando pies en los escalones.  



















 Nos resta algún que otro murete vertical y algún que otro resalte que te hacen disfrutar de la vía y del paisaje.

 No me voy a quejar de la meteo ya que no las llevábamos todos con notros, pero si fue una pera no poder disfrutar de las cubres de Picos que se escondía una vez más este verano tras una densa capa de nubes.Por lo menos pudimos disfrutar de las vistas de Mogrovejo, uno de los muchos pueblos con encanto de la Liebana. 

El recorrido termina en un excelente mirador desde el que nos imaginámos lo que deberíamos estar viendo.

El descenso se realiza caminando por una marcada senda que corta la ferrata en horizontal. En algún tramo aún es necesario anclarse al cable que está instalado para no llevar un susto.



Termimanos la ferrata  muy contentos y ponemos rumbo a Potes donde nos hemos ganado un pincho mañanero y algo refrescante ya que aquí el calor comienza a apretar. La desilusión del día la llevamos cuando llamamos por teléfono para informarnos de la nueva ferrata de la Hermida, el Mirlar. Nos indican que aún no está terminada, que hay equipado un tramo que da para una media hora y que la tirolina que está previsto que cruce el río aún no está instalada por lo que es preciso cuzar el Deva a pie. Un poco desilusionados decidimos dejarla para cuando esté el itinerario completado. De todos modos al bajar por la Hermida nos fijamos en la peña en la que se está realizando la instalación y aunque parece pequeñita promete unas vistas muy guapas. Esperamos esté rápidamente completado el trabajo de instalación para tener una nueva opción de matar estos días tontos en los que la meteorología nos tortura un poco.
 


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