Los puertos de
Agüeria son siempre una buena
opciónn para disfrutar de la media montaña,
recorreremoss bosques,
foces, puestos y uno de los más importantes
acebales de Asturias; todo ello enmarcado por los
muralloness calizos de las montañas del macizo de
Ubiña.
Comenzamos en el pueblo de Lindes concejo de Quirós, por una marcada senda que recorre en un principio un bosque mixto en el que constantemente iremos viendo portilleros, prados y cabañas muestra de la intensa actividad humana y ganadera que aún hoy se da en esta zona

El camino siempre ascendente, salvo un pequeño descenso para llegar a la Foz Grande, nos obsequia con un gran barrizal en casi cualquier época del año que lo visitemos. El camino se hace cómodo pero presenta algún fuerte repecho. Tras superar la Foz Grande descubrimos los Puertos de Agüeria, en ese momento nos desviamos de la senda que recorre el fondo del valle para continuar remontando su ladera derecha dirección a Peña Rueda.

Coger altura nos permite mejorar la perspectiva sobre el puerto y el gr
an acebal que cubre sus pradería
s. Agüeria tiene varias majadas algunas
de elas con las construcciones ya derruidas pe
ro otras aún se conservan en buen estado y se utilizan por los ganaderos que suben el ganado al puerto. La presencia de ganado es muy importante y aún podemos v
er pastores a caballo cuidando del rebaño.

Iremos bordeando la escarpada ladera de Peña Rueda hasta que poco a poco
los murallones calizos se conviertan en una empinada ladera que nos conduce a la cima situada a 2155m. En esa subida podemos admirar cada vez con más detalle las cumbres más relevantes del Macizo
de Ubiña como los Huertos del Diablo,
el Panchón y
el Ranchón,
los Fontanes Las
dos Ubiñas,
el Fariñen
tu, Tapinó
n y Siegalava.
La nube fue cubriendo poco apoco el cielo pero nos respetó hasta hacer cumbre. El descenso lo realizamos por la vertiente de Lindes, queda apuntado ese descenso para el año que vie
ne en ski.

Al llegar a la vega y m
ajada Manin las nub
es ya abían cubierto todo el horizonte por lo que nos concentramos en disfrutar del bosque y las de flores que cubren las camperas y bordes del camino.


Ya de vuelta para casa vemos como la
s nubes continuan jugando con las cumbres de la cordillera:

Sigue asi Castañin, asi siempre veremos como esta el paraiso que dejamos atras.
ResponderEliminarDisfruta de este paraiso terranal que no se sabe si encontraremos otro igual.