El último capítulo de la
mini escapada de estos días fue una visita al Parque
Nacional de
Ordesa y Monte Perdido. El
planteamiento era hacer la Faja
Pelayo y bajar por Cola de Caballo y Soaso pero las primeras nevadas un poco serias de esta temporada en el Pirineo nos obligaron a cambiar de planes. Subimos
directamente por las Praderas a Soaso y continuamos un poco más hasta el
refugio de
Góriz para completar el día y que Marta conociese un poco esta zona del Pirineo oscense en la que nunca había estado.
Salimos pisando nieve desde el mismo aparcamiento de las Praderas

Era sábado
así que no eramos los únicos y realizamos la ruta con
compañía en casi todo el camino. Las cascadas nos acompañan a lo largo de todo el recorrido:

El bosque nevado hace que caminemos sin prisa disfrutando de cada
instantanea:

La llegada a Soaso nos descubre la luz y un sol que anteriormente era incapaz de
penetrar en el
fonde del valle:

La Cola de Caballo, un poco borrosa ya que hasta el objetivo de la cámara se empañaba con el cambio de temperatura...

Como aún nos quedaba mucho día decidimos continuar ruta hasta el refugio de
Góriz. El camino continua por las famosas clavijas de Soaso:

Es más la fama y la impresión de ver la cadena que la dificultad que en realidad
tienen, resulta un tramo muy entretenido y además contamos con la inyección de ánimo que aporta los rayos de sol calentando a tu espalda. Como premio, al poco de superar las clavijas, sale a saludarnos un armiño que conseguimos
fotografiar antes de que saliera corriendo con su desayuno en la boca:

La senda nuevamente se vuelve en un cómodo caminar:
Generalmente son itinerarios sin mucho desnivel pero que recorren distancias muy largas, cambia bastante la forma de valorar el itinerario de Picos de Europa a Pirineos

Sin más anécdota llegamos al refugio de
Góriz.

De regreso es un sarrio el que se asoma tras un risco de caliza a ver quienes son los
visitantes del día:

Desde aquí arriba vemos la faja
Pelayo completamente cubierta de nieve.

Y de nuevo disfrutamos con el entretenido descenso de las clavijas:


El resto del itinerario será por el mismo camino, disfrutamos de un hermoso atardecer en las paredes del entorno del
Tozal de Mayo, cálidos colores que contrastan con la gélida temperatura que se apodera del fondo del valle.