Independientemente de la época del año o de la meteorología siempre hay algo para lo que seguro no tienes suficiente tiempo. Otra de las ventajas es poder compartir actividades, emociones e ilusiones con un variado y heterogéneo número de amistades. En ésta ocasión el destino fue Neila, un poco lejos de casa pero el sitio más próximo en el que podríamos encontrar algo de hielo. El Parque Natural "Lagunas Graciares de Nelia" se encuentra situado en el sur-este de la provincia de Burgos casi lindando con Soria. Mi compañero de aventuras, nuevamente, fue Sergín.
Hablando con él nos dimos cuenta que el tiempo pasa a una velocidad que es una barbaridad. La primera vez que yo estuve en Neila fue en un viaje cicloturista cuando aún estaba estudiando en el instituto. Luego estuve en otra ocasión, también con Sergio, haciendo cascadas, pero ni uno ni otro nos acordamos cuando fue..... el caso es que sacamos la calculadora y hace ya alrededor de 20 años que nos conocemos. No te das cuenta pero parece que fue ayer cuando junto con Bene y Miguel fuimos a Oxigeno, donde de aquella trabajaba Sergio, y éste elemento nos sacó todos los cuartos que habíamos ahorrado durante el verano currando como monitores de campamento. De todos modos dinero muy bien empleado ya que aquel mítico saco de pluma Nanga Parbat de Diamir aún continúa dando guerra como el primer día y mira tú, unos veinte años después aquí estoy con el dependiente aquel espigau intentando subirme donde no puedo ji ji ji.
Toca madrugar ya que las temperaturas han subido excepcionalmente en los últimos días y no tenemos muy claro lo que pueda estar formado. Así que a las 5 y algo de la mañana empieza en tintineo de material, habrá música más guapa que la de los mosquetones castañeteando unos contra otros....
Según nos acercamos a la Laguna de la Cascada vemos que nuestros temores tenían cierto fundamento aunque si que hay cosas formadas, más que suficiente para saciar nuestras ansias de pinchar.
Remontamos las algo empinadas laderas que separan la laguna de los zócalos superiores en los que se forman las cascadas.
Localizamos una cascada en la que el hielo parece que tiene bastante consistencia, está en zona sombría durante todo el día y lo más importante, la dificultad parece que se ajusta a unos piolets faltos de entrenamiento, y hablo sobremanera por mí claro ji ji ji
Una de las experiencias del día será probar los piolets sin dragonera que me deja Sergio para hacer un par de vías. De mano resulta un poco extraño e inseguro la falta de la dragonera pero una vez te haces a ellos son todo ventajas y sobretodo destaca la sensación de libertad para hacer cuaquier maniobra. Eso si hay que apretar de narices, aunque como todo será la falta de entrenamiento y contrumbre.
Después de machacar éste zócalo por todos los lugares posibles nos vamos en busca de otro. Un poco más a la derecha nos llaman la atención unas formaciones por las que vemos una linea de ascensión baste clara. De todos modos lo miramos con cierto recelo ya que justo a su lado hay una cascada de agua de la que mana un chorro de agua que nos hace tener ciertas dudas a cerca del estado del hielo.
Lo intentamos y según comienza a tirar el profe de primero solo el sonido del piolet al clavar nos dice que las condiciones son excepcionales, el mejor hielo que pinchamos en todo el día.
La salida se hace sobre una curiosa formación de hielo.
Salimos a la parte superior de la Laguna y con ésto damos el día por muy bien aprovechado.
Aun nos queda un buen paseo de regreso a la furgoneta así que tenemos tiempo para comentar los mejores momentos del día y comenzar a plantearse el día siguiente. La conclusión es que la temperatura es extremadamente cálida, no hay mucho formado y volver al día siguiente sería para tener que buscar mucho donde meternos y no repetir así que decidimos cambiar de planes sobre la marcha. A no mucha distancia de aquí hay una ferrata muy guapa y bastante corta sin apenas aproximación. Es la cuenta para un día tranquilo teniendo en cuenta en casa que aún nos quedan aproximadamente unas 5 horas de viaje para regresar a casa y no queremos llegar muy tarde.
Dormimos en Espeja de San Marcelino. Justo a la entrada del pueblo hay un furgo perfecto que se sale. Está situado justo a la salida de la ferrata y a escasos 20 minutos del comienzo de la ferrata Pasarela de Espeja, la primera ferrata en costruirse tanto en Soria como en todo Castilla y León.
El lugar es sorprendente, en medio del suave ondulado de los típicos campos de cultivo surge un angosto y corto barranco que da lugar a la ferrata.
El equipamiento se ve antiguo pero está en perfectas condiciones. No se caracteriza por la excesiva presencia de agarres y en muchas ocasiones hay que jugar con las presas naturales lo que le da un toque muy interesante.
Lo más complicado son algunos pasos horizontales y destrepes equipados con cadena que te obliga a colgarte mucho y jugar con los pies, además el tener que pensar en la cadena es bastante exigente. De todos son tramos cortos que se salvan bien con algún que otro descanso y algún que otro resoplido.
El barranco es realmente angosto, en muchas ocasiones permite apoyarse en oposición en ambas paredes de la garganta. Se trata de un paisaje realmente espectacular y hermoso, toda una joya de la naturaleza que esconde entre campos de cereal.
Casi llegando al final hay una larga travesía por una zona un poco más abierta antes de la última angostura.
Una activad corta pero intensa y sorprendente por el entorno que le rodea y por si misma.
Como el día va de desfiladeros y aún tenemos tiempo para hacer algo de turismo nos acercamos a la cercana localidad de Santo Domingo de Silos. Además del afamado monasterio en sus proximidades encontramos otra pequeña gran joya de la naturaleza, el Desfiladero de Yecla. Con unos 200 metros de recorrido es autentico concentrado de belleza.
En definitiva, un fin de semana variado, conociendo lugares nuevos y recordando viejos tiempos.