Hace unos 15-16 años ascendí mi segunda cumbre en Picos de Europa, una cumbre que
subí en compañía de buenos amigos como
Bene, Miguel o
Guti y de
Claudio,
Merche y otro chaval de cuyo nombre no recuerdo pero de los que también grato un fantástico recuerdo pese a no mantener contacto con ellos fruto de mi marcha a
Cangas de
Onis. Fue una actividad que terminó por afianzar en mí el gusto por el montañismo que no había vuelto a repetir desde aquella así que cuando
Bene me propuso subir otra vez no lo dudé. El tiempo pasa, la peña
cambía así que encontré muy distinta la ascensión aunque igual de
reconfortante. En esta ocasión repito ascensión con
Bene y nos acompañan Silvia y Marta también esto
también resultó especialmente
gratificante.

Como es habitual en este verano comenzamos a caminar entre nubes y niebla pero con la esperanza de encontrar un cielo despejado en las alturas. En cierta parte lo agradecemos ya que evitamos el calor de media tarde para subir. Comenzamos a caminar hacia las 6 de la tarde en
Pandecarmen con la idea de dormir en la cueva de la Fragua.

Subimos sin prisa, disfrutando de la
conversación ya que el objetivo para este día es sencillo.

Como suponíamos llegando al
Porru Bolu emergemos de entre la niebla y podemos disfrutar del mar de nubes y del atardecer.

Tememos que por la noche pueda cambiar el tiempo
así que decidimos dormir en la cueva de la Fragua y no
arriesgarnos a dormir por las
Barrastrosas. La cueva nos recibe con la temperatura y humedad típica pero dispone de un suelo liso para dormir. Ya hemos cenado justo al lado del
Porrula Altiquera viendo el atardecer así que solo tenemos que desplegar los sacos y disfrutar con las estrellas que se asoman a la gran boca de la cueva.

Al día siguiente desayunamos al solete a la entrada de la cueva y ponemos rumbo a la
Peñasanta de Castilla. Nuevamente caminamos sin prisa, disponemos de todo el día para disfrutar de uno de los parajes más bonitos de Picos. Cruzando el
Jou Santo nos vigila la Torre de Santa
María de
Enol., será una referencia a lo largo de todo el día.

Al pie de la estrecha colocamos el
arnés y el casco. Como comentaba al principio la Peña cambia y aunque en aquella primera ascensión no necesitamos de cuerda ni usamos casco ahora aseguro que es imprescindible. La roca está muy
lavada por el paso de los montañeros y
al menos para
destrepar da mucha seguridad.


Poco a poco nos
introducimos en la canal Estrecha y llegamos al paso clave: "la panza la burra" donde ponemos la cuerda para evitar sustos
innecesarios:


Una vez superado este paso disfrutamos con la entretenida ascensión de los
canalizos:
Así entretenidos con la trepada llegamos a la brecha norte:

Continuamos trepando por la arista en un constante sube y baja en busca de los
jitos y marchas amarillas que indican claramente el camino. Así llegamos a la cumbre de
Peñasanta de Castilla, la reina de los Picos de Europa:

Disfrutamos sin prisa de las vistas:
Después de comer y algún pequeño amago de siesta iniciamos el camino de regreso. En esta ocasión haremos una pequeña variante ya que
Bene instalará un pasamanos para cruzar por las llambrias que caen sobre el
Jou Santu. Esto supone un importante ahorro de tiempo pero sin el pasamanos da un poco de risa....

Para descender a la brecha norte comenzamos a montar
rápeles:

Así continuamos en el resto de resaltes de la canal estrecha, despacito pero seguros:


Entre
rápel y
destrepe llegamos a la panza la burra que será el último punto donde utilizaremos la cuerda:


Una vez que llegamos al
Jou Santu poco más que contar, continuar disfrutando con el paisaje:


Nuevamente en el collado de la Fragua recuperamos las mochilas grandes que habíamos dejado en la cueva.

Hacemos casi todo el camino de vuelta con sol lo que nos permite despedirnos con buen sabor de boca del
Cornión y del siempre entrañable refugio de
Vegarredonda.

Un día lleno de emociones y recuerdos. Al llegar al coche me prometo repetir antes de que pasen otros 15 o 16 años, y espero hacerlo en la misma compañía y por qué no intentar repetir con alguno, sino todos, con los que compartí aquella primera ascensión a
Peñasanta de Castilla.
